Para hacer llegar mis buenos deseos a amigos y familiares vía Facebook escribí lo siguiente la mañana del 1 de enero:
2013 fue un año de sonrisas, de lágrimas, de aprendizajes, de crecimiento. La balanza salió a mi favor. Empezó oscuro, literalmente, pues cenábamos en penumbras cuales ciegos. Lo reté y no sólo cumplió; se lució. Trajo viajes, amigos y familia que llegó y otros que se fueron, incluso quienes dejaron de existir en esta realidad y esta vida. Terminamos un poco cansados físicamente, pues aún en el último suspiro del día 365 nos enseñó cosas nuevas.
2014 empieza festivo y con luces que destellan ante mis ojos. Alegre y festivo, pero cansados, por lo que su primera mañana nos abraza y permite descansar y recargar baterías.
Gracias a los que formaron parte del 2013 y que este año que comienza sea maravilloso e inolvidable para todos. Que nos veamos colmados de bendiciones y que aprovechemos al máximo las nuevas 365 oportunidades que los 12 meses que hoy han comenzado para cumplir todos y cada uno de nuestros sueños aún pendientes por cumplir.
Recibí lindas respuestas que me apapacharon el alma a pesar de los casi 10 mil kilómetros que me separan de mi México, Distrito Federal. Sin embargo, lo mejor de todo fue lo que el año que terminó se atrevió a dejar tatuado en mi memoria y en mi alma. Mucho ha quedado plasmado a través de las líneas que aquí he escrito a través de los meses, pero otra gran parte forma parte hoy de mi persona; sigo creciendo y aprendiendo a diario.
Ahora, ya en la segunda quincena del 2014 me siento y sueño por un momento en todo eso que aún no me he atrevido, todo lo que todavía no he podido conquistar y todo lo que aún anhelo. Este año no hice una gran lista de propósitos, pues a veces uno se desilusiona de lo que no logra y tampoco es capaz de aplaudirse tras conquistar montañas y derribar muros de miedo o incertidumbre. Así pues, tengo algunos proyectos que persigo ya desde hace algunos días con más ahínco que antes y que espero pueda materializar antes del próximo 31 de diciembre, pero lo único que me propondré será a divertirme en el camino y aprender de cada experiencia; con un poco de buena suerte me veré sorprendida nuevamente.