Entre clase y clase y poco antes de los exámenes que marcarían el fin del primer periodo de estudios, las autoridades estudiantiles nos invitaron a un evento que ante mis ojos no estaba claro de qué se trataba. Eran tres días de muestras gastronómicas continuas en diferentes escenarios: el salado, el dulce, los food-trucks, los cocteles, la librería, degustaciones, cenas-tema, entrega de premios… y hasta una revista. Mmmm, de hecho creo que la revista fue la que comenzó todo el movimiento. El ticket para asistir al evento costaba unos 100€. Para los afortunados estudiantes de la escuela que me acoge para esta aventura sería gratuito. Aún así, yo no sabía exactamente a qué iría, pero decidí no perder la oportunidad, pues en el programa había algunos nombres que no me eran del todo desconocidos.
Decidí llegar a la segunda demostración del evento que se denominaba a sí mismo en su sitio web como “Cocina 100% joven”. Aquí entre nos, creo que había algunos algo maduritos, ya, jajajaja! No obstante, las sorpresas comenzaron en cuanto se oscureció la sala. Caras conocidas por aquí y por allá. Otras no tanto, pero no importaba, seguro algo aprendería. Algunos locales y muchos extranjeros, incluso algún compatriota que me hizo levantar la ceja con sus preparaciones. No cabe duda que este evento no solamente era entretenido sino también revelador porque a pesar de que parecía no ser demasiado grande, sí lo era.
Este año celebró su 10a edición. Vi que hace un tour por distintos países, lastimosamente aún ningún latinoamericano en la lista. Ojalá pronto llegue… pues al menos en mi tierra creo que podría ser muy interesante ver a los conocidos, así como descubrir a los jóvenes que comienzan a tomar la escena gastronómica y por qué no, llevar a algunos grandes a descubrir la riqueza de nuestros sabores.
Una grata sorpresa, tres días de “glotonería” controlada y un ejército de manos trabajadoras en la Maison de la Mutualité que hicieron realidad este maravilloso evento que solamente puedo describir como Omnivore: El congreso de los cocineros.
Giovanni Passerini