El primer movimiento mudancístico de este proceso comenzó más o menos en mayo del año pasado. El segundo inició en septiembre y ese podría ser considerado como el bueno, pues incluyó hasta un contenedor. Ciertamente, nunca es uno consciente de cuánta cosa se tiene almacenada sino hasta que tiene uno que guardar todo y el hecho se agudiza si hay que hacerse chiquito. En fin, las 25 cajas que viajaron desde la ciudad de México hasta Veracruz y posteriormente tomaron su navío hasta el continente europeo se fueron eliminando MUY poco a poco de nuestra vista, pero con gusto y hasta por qué no, con orgullo, puedo decir que aunque esto pareció más largo que un embarazo, no lo fue. Pues hace ya un par de meses aproximadamente, podemos disfrutar de los 43 m2 que nos ofrece el Très Petit Château y al que hasta se le siente ya con calor de hogar. Ah, y sobra decir que TODO lo armamos, pusimos y acomodamos nosotros solos.