Hay veces en las que debo confesar que he quedado atónita por una clase determinada o por una actividad organizada por la administración escolar. Y eso fue exactamente lo que sucedió cuando en mi horario me di cuenta que había una actividad llamada ‘Almuerzo Pedagógico’. En un principio pensé que como estaba estudiando artes culinarias y dado que nos encontrábamos en París, capital gastronómica del mundo, pensé que sería un almuerzo con algún objetivo de enseñanza. No puedo dejar de expresar cuán decepcionada estuve, pues hubo algunos que terminaron la tarde un poco pasados de copas para mi gusto y que me hubiese gustado comentar algunos aspectos sobre el servicio, la comida y los maridajes, sin embargo, tal discusión que yo esperaba, no sucedió. Luego, alguien me explicó que en realidad estos almuerzos tenían como objetivo único la integración del grupo. No exactamente mis expectativas, pues me hubiere gustado y seguramente habría aprendido mucho de haber tenido oportunidad de comentar los aspectos mencionados con mis profesores. En tal caso, hubieran llamado a la actividad ‘Almuerzo de Integración’ y entonces no habría yo pedido nada más y hasta habría esperado a los pasados de copas.
Pensé que a lo mejor debía yo acercarme a la administración para abordar el tema, dado que en realidad me parecía una buena idea; y así lo hice. La respuesta fue sorprendente para mi, pues me dijeron que si yo deseaba podía hablar y hacer mis preguntas a los chefs sobre su opinión y comentar la comida, pero que eso era todo. Así que mi lectura fue ‘sí, bueno, si tú quieres, puedes, pero nosotros no haremos nada especial para que todos hablen de ello’. Aún pienso, como lo dirían los franceses, Dommage; ¡qué pena!
Los lugares mejoraron según fueron avanzando los estudios, sin embargo, debo decir en voz alta que si la finalidad era solamente volverme uña y mugre con mis cuates de la escuela, no es necesario emperifollarme e ir a ningún sitio dictado por el programa escolar. La mayoría somos foodies, así que es bastante fácil llevarnos a cualquier sitio, siempre y cuando la comida sea buena. No obstante, si vamos analizar, hablar y comer un menú establecido, entonces estaría más abierta a ir a uno u otro sitio que la Señora Directora prefiera.
Digo, ¿o no?
Al final, es solamente una de mis ideas locas.
