Mauviel 1830 : Trabajando con sentido desde 1830

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Como mexicana, cuando alguien me habla de cobre, pienso en artesanía, en cazos, en mercados. Me recuerda a ese pueblo minero en el estado de Michoacán famoso por los purépechas que trabajan tan singularmente las piezas martilladas, cinceladas y pulidas a mano. No obstante, y con toda sinceridad, nunca me había detenido a pensar en una batería de cocina de gran lujo sino hasta que de adulta y visitando los castillos en el Valle de la Loira hace algunos veranos, me encontré un sinnúmero de marmitas, cazos y sartenes de este material marcados con fechas de fabricación que superaban el centenario, y que para mi sorpresa se encontraban en perfectas condiciones para hacer una sopa o una mermelada al instante.

No tenían la marca del fabricante, sin embargo, se les notaba el estilo de manufactura. Leyendo y visitando tiendas parisinas, así como con un poco de información de parte de mis maestros, aprendí que muchas de estas baterías de cocina provenían de un lugar similar al de Michoacán, pero que está ubicado cerca de la Abadía del Monte Saint-Michel en la región de la Baja Normandía en Francia. Así, fue que llegué a Mauviel 1830. Ahora aprendo que la diferencia elemental entre ambos lugares, es que aquí la manufactura se dio desde tiempo de las cruzadas; los artesanos aprendieron a fuerza de proveer utensilios para la guerra. Con el tiempo, las piezas se vuelven de ornato y aunque Mauviel 1830 no es la única firma de la región, sí se trata de la más importante. Actualmente ellos atienden exclusivamente a las artes culinarias, aunque la historia podría modificarse de nuevo en el futuro cercano, gracias al posicionamiento del cobre de nuevo en boga en las artes decorativas.

Mauviel 1830 se encuentra en un pequeño poblado de nombre Villedieu-les-Poêles. Es una empresa que ha pertenecido a la misma familia desde hace siete generaciones. Desde 2006 la batuta la lleva Valérie Le Guern Gilbert, quien sucedió a su padre y se esmera no solamente por ser la cabeza de una empresa de talla mundial, sino de una familia empresarial. Desde la entrada se siente el calor de hogar. También es cierto, que la gama de productos que se ofrecen al público ya no son exclusivamente de cobre, sino que se trabaja también en combinación con acero inoxidable con diferentes tipos de tratamientos, con cerámica e inclusive plata para concursos como el Bocuse D’Or en el que ha participado México en el pasado.

Resumir mi día en Mauviel 1830 me resulta difícil. Con certeza, puedo decir que encontré una empresa interesada por innovar, por hacer bien las cosas, por dejar una huella en su comunidad y porque lo que hacen a diario tenga sentido. Los jubilados de la firma, con frecuencia regresan un par de veces a la semana para seguir enseñando a sus aprendices los oficios artesanales y transmitir la experiencia que les dieron los años en la casa manufacturera.

Presentes en Asia, Europa, Australia, Medio Oriente y América, México es uno de los afortunados países en los que podemos encontrar los productos de esta firma que chefs de la talla del chef con al menos 6 estrellas Michelin en Francia, Yannick Alléno, han calificado como los mejores del mundo. Y aquí entre nos, imposible no estar de acuerdo.

Según me cuenta Valérie, Mauviel 1830 está disponible desde hace algún tiempo en las tiendas Williams-Sonoma de la República Mexicana, pues están trabajando en su presencia en el país. ¿Quién sabe y a lo mejor en el futuro esos artesanos purépechas podrían trabajar también de la mano de Mauviel 1830.

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