Veraneo a la parisina

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Dicen por ahí que la forma en que mejor se disfruta París es sin parisinos. Y los que aquí vivimos intentamos salir corriendo cuando llega la temporada alta de viajeros, pues la ciudad la vemos prácticamente secuestrada por los turistas. Y el círculo vicioso del amor y el odio del que hablé en mi post anterior se retoma; ironías de la vida, pues.

No obstante, el gobierno local de la ciudad tiene un programa cargado de actividades para que locales y extraños de manera gratuita. Para mí el verano comienza cuando el frío se va, porque aunque digan misa en cantonés, yo opino la primavera de esta ciudad es bastante pinche. Así, mi cuerpo tropical se cautiva cuando la temperatura sobrepasa los 21 grados Centígrados y aviento la chamarra de plumas para comenzar a planear salidas a parques y picnics so pretexto de la falta de vitamina D que me ha dejado el frío de los meses previos.

Así, la llegada de la luz y el sol desde tempranísimas horas de la mañana y los pájaros cantar desde lo que en mis ojos es la madrugada aún,  sigue perturbando mi mente, pero la ciudad parece vestirse de gala y bloquear esos tres meses en su calendario para llenarse de actividades que a todos inspira escaparse de casa por horas y horas.

Seguramente aún no conozco todas las actividades veraniegas de esta metrópolis, pero aquí las que me han llamado más la atención a pesar de no haberlas experimentado en su totalidad. El baile de los bomberos la noche del 13 de julio dicen que es muy familiar y animada allá por La Villette. La mañana del 14 hay dos opciones, irse al amanecer a los Campos Elíseos o más tarde hacer un buen almuerzo en casa y ver la transmisión en directo del desfile militar que recorre la famosa avenida hasta la Plaza de la Concordia. Por la noche, los fuegos artificiales en la Torre Eiffel son un clásico que abarrota la zona y he visto de todo ahí, incluyendo propuestas de matrimonio.

A lo largo de los meses que el sol se instala por estos alentours tenemos el baile de salón a la orilla del Sena, una efímera playa que me recuerda a esas que algún tiempo el señor Ebrard hizo de manera similar en el Distrito Federal. FNAC Live llega también con sus conciertos y claro, los grandes clásicos como la Petanca y el cine al aire libre en los distintos parques de la ciudad.

Hoy el verano comienza a agonizar con la amenaza de que una vez llegado el martes 3 de septiembre los niños regresarán a la escuela y pronto el sol comenzará a hacer su equipaje para irse al cono sur. Jack Frost seguro comienza ya a hacer su plan de acción para las nevadas continentales del próximo invierno y yo, pues mejor aprovecho y me escapo de la ciudad ahora que todavía es tiempo.

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