Poner todos los ingredientes en un tazón e incorporarlos.
Tomar una cucharadita de la mezcla y cocinarla en una sartén para comprobar que la sazón sea la correcta. Si no, verifica.
Ensambla las empanaditas. Para ello, toma una de las láminas y ponla en tu superficie de trabajo. Al centro, pon un poco de la mezcla cruda de carne molida; algo así como una cucharadita, no más, pues no quieres que se abran al cocerlas. Con una brocha delgada de pastelería o con tu dedo, humedece con un poco de agua fría el borde de la lámina. Yo lo hago con el dedo, pues me parece mucho más fácil. Cierra la media luna haciendo pequeños pliegues. Una segunda opción es simplemente presionar y dar la forma de un holán.
Cuando vayas ensamblando cada uno de tus dumplings asegúrate ponerlos en una charola o plato y cubrirlos, pues no quieres que se sequen; ésto puede quebrar la masa. En cuanto tengas todos tus dumplings hechos puedes cocinarlos ya sea en una canasta de bambú al vapor o freírlos en una sartén que tenga tapa.
Para la opción de la cocción al vapor. Solamente utiliza un par de hojas de col al fondo de la canasta, acomódalos con la costura viendo hacia arriba y cocina por unos 8 minutos aproximadamente.
Si prefieres freírlos, yo utilizo aceite de cacahuate. Caliento el aceite y pongo a dorar el primer costado de los dumplings. Una vez que tienen el color doradito que deseos, les doy vuelta y espero igualar el dorado. Cuando el color es equiparable, añado unas 2 ó 3 cucharadas de agua fresca a la sartén, cubro con la tapa y cuando se evapora toda el agua apago el fuego.
Sirve los dumplings y acompaña con alguna salsa a base de soya y vinagre de arroz o mirín. En casa ponemos solamente salsa de soya con unas gotas de limón (verde) y si acaso un poco de chile serrano o chile de árbol picado muy finamente.