Un tesoro escondido en el Marais, en París : el restaurante Soma

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Sashimi de callo de hacha

Ya en el pasado he dejado prueba de mi terquedad por festejar logros, aniversarios, cumpleaños, etcétera. Siempre me ha parecido importante no dejar pasar desapercibidas las fechas que por tal o cuál razón nos marcan en la vida. Así pues, no es sorpresa que el cumpleaños de ese alguien que hace mi corazón latir más fuerte de lo que necesita para sólo bombear sangre al cuerpo es más que razón suficiente para ir a descubrir algún sitio insólito de esta ciudad que nos ha cautivado una y otra vez en los últimos cuatro años.

Para mí, era un día importante por lo que le dije que escogiera a dónde quería ir o que por lo menos me diera alguna pista para buscar un lugar que pudiésemos considerar como adecuado para tener una celebración digna de la fecha. 5 décadas no se festejan a diario…

Él escogió comida japonesa… En silencio pensé ‘mierda, ¿y ahora a dónde vamos a ir?’ Por suerte, hace alrededor de un año descubrí una guía que hasta ahora no me ha quedado mal con sus recomendaciones –y miren que siento que cada día me he vuelto más quisquillosa, pues esto de agudizar el sentido del gusto convierte en un reto el descubrir lugares de los cuales no se tiene antecedente alguno por temor a la desilusión. Busqué y busqué, leí una y otra reseña hasta que me sentí cómoda con el lugar seleccionado. Lo busqué en internet, vi fotografías de algunos de sus platillos, llamé e hice reserva. En la noche íbamos con un retraso importante, pero era un día en el que no valía la pena discutir, así que simple y llanamente emprendimos camino. La lluvia se hacía presente para refrescar la noche de verano. Llegamos, era demasiado tarde y habíamos perdido nuestra mesa. Hice cara de perro compungido, puchero y ojito de ‘ándele, consíganos dónde sentarnos… aunque sea en la barra’. El chico nos consiguió mesa, nos sentamos y miramos la carta. Volteábamos a un lado y al otro y asentíamos con la cabeza, pues todos los platillos que veíamos llegar a las mesas contiguas, a pesar de ser pequeños, nos parecían tener buen ver.

Arroz, sashimi, edamame … creo que pedimos la mitad de la carta, pero qué importaba, estábamos de fiesta y la comida estaba buena. Acompañamos con un buen vino blanco. Llegamos hasta el postre. Cuando supieron que estabamos festejando hasta la ronda de sake llegó a la mesa. Excelente servicio, productos frescos preparados de manera sencilla pero adecuada. Pagamos lo justo. Ya entendí por qué casi nos quedamos sin mesa.

Moelleux au Chocolat

Dirección: 13 Rue de Saintonge, 75003 Paris
Metro: Filles du Calvaire
Teléfono:  +33 (0) 9 8182 5351

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