Creo que al menos en mi generación todos alguna vez nos devoramos los paquetes de bizcochos tipo “brioche” como si se tratara del pan más delicioso de la vida. De hecho, no recuerdo haberlos comprado en la panadería. Es más, no estoy segura que exista una versión específica de este pan a la venta por pieza.
Parte de la transformación que ha sufrido mi cocina desde que emigré de mi país ha sido buscar reproducir este tipo de panadería que me recuerde a la infancia. Aún recuerdo los primeros intentos que quedaban horribles. Y si bien es cierto que casi todos he comenzado a hacerlos de manera lírica con la ayuda de algún recetario o de blogs como éste que otros comparten, también en mi formación culinaria he ido acumulando horas frente al horno panadero para mejorar la calidad de mi pequeña producción casera.
Al día de hoy prácticamente ya no compro pan a menos que se trate de algún artesano cuyo establecimiento traiga yo en la mira. Esta receta la aprendí hace unos meses y a pesar de que aún no la domino, ya ha conquistado varios corazones. Ahora es momento de que ustedes mismos lo hagan y me cuenten qué sucedió.
Utensilios
- Plástico autoadherible o trapo de cocina limpio y seco
- Rallador
- Raspa
- Molde para pastel
Ingredientes
- 250 g harina de trigo
- 4 g levadura seca activa
- 50 g azúcar
- 60 g mantequilla
- 1 huevo
- 2 naranjas, la ralladura
- 8 g sal
- 25 g leche
- 100 g agua fresca, (aproximadamente)
- 50 g mantequilla derretida, para barnizar
Preparación
Prepara la esponja:
- En un tazón pequeño, mezcla la levadura, un par de cucharadas de harina y dos o tres cucharadas de agua para hacer una pasta espesa. Toma de la cantidad de harina y agua para este paso de los ingredientes ya pesados. Adicionalmente, a mí me gusta añadir una pizca de azúcar para que la levadura se active pronto.
- Cubre con un trapo seco sobre el mesón unos 15 minutos para que la levadura comience a activarse.
Prepara la masa:
- Este pan es de esos que aprendí a hacer a mano, así que sigo haciéndolo así, al menos por ahora. Así que en el mesón haz un volcán con el harina y añade azúcar y al centro la leche, el huevo y la esponja.
- Utiliza la raspa para ir agregando la harina seca al centro del volcán. Si es necesario, añade un poco del agua disponible. Es posible que ni siquiera necesites añadir el agua. Cuando la mezcla esté hidratada añade la mantequilla y sigue amasando para ir incorporando todo.
- Añade luego la ralladura de naranja y la sal y sigue amasando por unos 10 minutos aproximadamente.
- Amasa hasta obtener una masa elástica pero no pegajosa.
- Verifica la elasticidad. Verás que la podrás estirar casi hasta volverla transparente.
- Bolea en porciones de 50 gramos y deja fermentar en el molde por 2 horas en el refrigerador. No olvides cubrir con el trapo de cocina o con un poco de plástico autoadherible.
- Saca del refrigerador y reposa para que la masa tempere unos 30 a 45 minutos. Barniza con la mantequilla derretida.
- Hornea 20 minutos aproximadamente a 180°C.
- Desmolda y deja enfriar sobre una rejilla.