En esa cena en la que preparé Chilacas rellenas de queso como plato principal, la entrada fue una crema conde o de frijol. Sobra decir que conseguir frijol negro crudo por estas latitudes puede resultar una labor prácticamente titánica, sin embargo, a principios del otoño pasado conocí a una compatriota que amablemente me compartió su secreto para hacerse de estas delicias que para cualquier mexicano son básicas para la alimentación.
Por eso, corrí a la tienda orgánica en la avenida de Grenelle y compré lo que parecía ser el último saquito de medio kilo de frijol negro que tenían y me dispuse a preparar la sopa que tanto me gusta y de la que no tenía receta, así que aquí les comparto cómo la preparé. Sé que en casa se volverá un apapacho cada que haya oportunidad.
Utensilios
- Olla de presión
- Batidora de mano
- Olla grande
Ingredientes
- 500 g frijol negro
- 2 l agua fresca, aproximadamente
- 1 cebolla, finamente picada
- 2 dientes de ajo, finamente picados
- 5 g pasta de tomate concentrado
- Epazote
- Hoja de aguacate
- 1-2 chiles chipotle
- Sal , para sazonar
- 30 g crema espesa
- 1 aguacate, para decorar
- 10 g aceite de cocina, colza, cacahuate, uva, etc.
Preparación
- Lavé y puse a remojar los frijoles durante toda la noche. Al día siguiente me dispuse a cocerlos con bastante agua durante aproximadamente una hora. Es importante no ponerles sal, pues se deberán sazonar cuando estén cocidos -que porque si no nunca suavizan, decía la abuela. Ahora bien, si decide uno poner a cocer los frijoles en la olla de presión, tardan unos 45 minutos aproximadamente a partir de que la olla llega a presión, y así es como yo normalmente los preparo. Si prefieres cocer los frijoles en una olla convencional, es posible, solamente cerciórate no quitarlos del fuego antes de que suavice la leguminosa.
- En otra olla y con aceite, acitroné la cebolla y el ajo. Ambos bien picaditos. Añadí entonces los frijoles con todo y caldo y dejé que soltaran hervor. Fue entonces cuando sazoné con una buena pizca de sal y puse una hojitas de epazote troceadas solamente para perfumar. Una vez que empezó a reducir el caldo añadí un poco de pasta de tomate concentrado (pero si prefieres evitar productos enlatados puede añadirse tomate fresco molido también si están en temporada), unas pocas de hojas de aguacate y chipotle. Yo lo utilicé molido y seco por ser el que tenía a la mano, pero un chipotle en conserva funciona perfectamente. Dejé sazonar y cuando consideré que los sabores estaban bien incorporados saqué todo del fuego, quité las hojas de epazote y molí todo el contenido de la olla con ayuda de la batidora de mano tras haberle añadido un par de cucharadas de crema espesa.
- Para decorar los platos al servirla se pueden hacer julianas de tortilla frita, cuadritos de aguacate y/o unas gotitas de crema. Hay quienes incluso ponen un poco de queso fresco, pero yo no tenía disponible. El resto es disfrutar un pedacito de cielo. ¡Buen provecho!