¿Por qué se comen tamales el 2 de febrero en México?

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Hablar de tamales en 2 de febrero es más que una obligación para La Gourmandista, pero me tocó investigar, pues más allá de que se trataba de una festividad mixta al haber tamales en una fiesta del catolicismo, no sabía nada más. Así pues, como el resto era prácticamente un misterio para mi, es hasta ahora que publico esta entrada con bastante retraso.

Desde niña recuerdo la emoción combinada con ansiedad que sentía al cortar el 6 de enero la Rosca de Reyes. No me lo tomen a mal, lo que pasa es que si me salía El Niño Jesús tendría que yo ser responsable de organizar la fiesta de La Candelaria el 2 de febrero y la verdad me angustiaba. No sabía hacer tamales en esos tiempos y sonaba que era muy difícil. Afortunadamente, siempre acababa tocándome la preparación del atole que acompañaría la merienda que se volvió una tradición en casa con el paso de los años.

Tamales de flor de izote

Pensar en tamales para mi es recordar ese puesto en la colonia Roma al que mi papá iba a comprar los pastelitos de maíz envueltos en hoja de totomoxtle y que generalmente eran de salsa verde, de mole rojo o de queso con rajas. A mí, en lo particular, nunca me gustaron los de dulce, pero más que nada creo que no me gustaba su color y por eso no les di oportunidad. Siempre preferí los salados, aunque mi decisión llevara intrínseco un terrible ardor y dolor de boca por la enchilada que me pegaba. En el tiempo, los veracruzanos de frijol negro, los oaxaqueños y los de salsa verde en hoja de plátano también se ganaron su lugar en mi lista de predilectos. Ahora, sé que hay cientos de tipos, pero los que siempre prefiero siguen siendo los de rajas con queso, especialmente los de ese puesto a unas cuadras del Centro Médico Nacional S. XXI en la Ciudad de México.

Entre todo lo que aprendí hoy, resulta que es la fiesta de la Virgen de la Candelaria, la patrona de las Islas Canarias. Celebra la purificación de la Virgen posterior al parto y la presentación del Niño en el Templo, pues es el final de la cuarentena.

Además, en México, esta fiesta, al igual que muchas otras, fue combinada con las raíces prehispánicas, pues el 2 de febrero coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca que celebraban a los ‘ayudantes’ del dios de la lluvia Tláloc, llamados tlaloques y que era cuando se llevaban a bendecir las mazorcas que se sembrarían en el nuevo ciclo agrícola.

Actualmente, es una fiesta muy popular en toda la sociedad mexicana y cocineros de pipa y guante, del mismo modo que puestos callejeros con su vaporera sirven sus delicias a todo cliente que se acerque a su negocio en este día, pues por doquier se organizan pequeñas reuniones familiares, sin importar el día de la semana en el que caiga y en algunas oficinas los jefes también se hacen de la vista gorda y hay festín. Nadie se resiste a los ‘tamallis‘ este día, o al menos nadie que yo conozca.

Estando lejos de mi tierra tocó aprender a hacerlos y aunque ahora sé que cometí varias atrocidades, debo confesar que a nosotros nos supieron a gloria. Este año ya se colgó mucho la fecha, pero prometo que de este fin de semana no pasa y con toda seguridad haremos alguna versión. Todo dependerá seguramente de los ingredientes disponibles a la hora de hacer la compra.

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