Mi primer encuentro con la cultura brasileña fue a los 18 años cuando salí de mi país para estudiar en Estados Unidos y conocí a estudiantes de varios países; entre ellos, Brasil. Al día de hoy, 25 años después, sigo en contacto con una de esas chicas brasileñas y aunque solamente nos hemos reunido de nuevo una vez más en todos estos años, conservamos el gran cariño que nos tomamos. Espero que una vez que termine esta situación por la que el mundo atraviesa en estos momentos tenga en breve la oportunidad de irla a visitar a su país.
Posteriormente, no fue sino hasta una década después que me interesé por Brasil y su idioma por temas de trabajo y necesidades de comunicación, por lo que me metí a estudiar un poco del idioma de Vasco de Gama y hasta a bailar (bastante mal) un poco de samba en algún evento en el centro de estudios que tenía la Embajada de Brasil en México en aquellos años.
Pero, ¿y el pão de queijo cómo llegó a mi bagaje gastronómico? Mmmmm… pienso y creo que fue justamente cuando llegué a vivir a la zona de Washington DC, cuando en algún evento lo sirvieron y me enamoré de él. Pedí la receta por aquí y por allá y nada. Todos decían que era fácil de hacer, pero nadie me decía cómo. Y fue justamente en estos días de cuarentena que otra amiga, también brasileña, pero quien reside en México, quien me dijo de un chef conocido y de origen verde amarelho que había compartido la receta, pero me hizo algunos comentarios sobre el gusto. Consulté, hice mis adaptaciones y he aquí el resultado:
Por supuesto que puedes hacer tus propias adaptaciones si no tienes algún ingrediente o no lo consigues pero tienes algo similar.
Utensilios
- Espátula
- Cuchara sopera
- Charola de horno
Ingredientes
- 60 gr agua
- 40 gr leche
- 6 gr sal kosher
- 150 gr fécula de tapioca, fécula de maíz con seguridad funciona perfecto
- 1 huevo
- 60 gr queso mozzarella rallado
- 20 gr queso pecorino romano rallado, parmigiano reggiano tambíen funciona perfectamente
Preparación
- En un tazón poner la fécula de tapioca y la sal y mezclar bien.
- En una pequeña cacerola poner a hervir agua, leche y aceite. Cuando brote el hervor, verter en el tazón y mezclar todo.
- Añadir el huevo previamente batido.
- Incorporar el queso pecorino romano y luego el mozzarella.
- Disponer en una charola con papel sulfurizado a manera de pequeñas bolitas de aproximadamente 1 cucharada cada una dejando suficiente espacio entre sí, pues inflarán un poco al entrar al horno.
- Meter al refrigerador unos 15 minutos y precalentar el horno a 180 °C (350 °F).
- Cuando el horno llegue a temperatura, hornea los bollitos por unos 10 minutos aproximadamente.
- Sirve calientitos; es cuando mejor saben.
